15/09
Y por fin llegué a Calgary. Aquí espero a Lali, que vuela desde España el día 20 de septiembre, para continuar camino juntos. Me encuentro a punto de abandonar los territorios del norte de América, y empiezo a experimentar algo por dentro. Una especia de duelo. Desde hacía años, esta parte del mundo había sido una aspiración soñada para mí. La soledad, las largas distancias, sus montañas y sus peligros han sido mi hogar durante casi tres meses. Había escuchado hablar a otros viajeros de este sentimiento respecto a estos territorios, Alaska y Canadá, y esa sensación de llamada, de querer volver continuamente. Ahora lo he experimentado, y sé que no va a ser la última vez que me encuentre en estos valles y montañas. Lo que está por venir es increíble, pero una parte de mí no quiere salir de aquí. Le he contado mi día a día a estos paisajes, les he llorado y les he sonreído cuando me han regalado un pedazo de sol. Conocen mis secretos. Entiendo a John Denver cuando cantaba Alaska and Me, y hablaba de estas tierras como un sueño y una aspiración anhelada. Recuerdo tres días atravesando la Alaska Highway, en los cuáles me encontraba más sensible de lo normal. Cada animal que veía, cada soplo de viento, cada sorbo de agua me atravesaba los poros y me hacía conectarme con este momento y lo que estaba viviendo. Encontré compañía y refugio en uno de mis grupos favoritos de este viaje, Fleetwood Mac. Hay veces que nosotros escogemos nuestra banda sonora, y otras veces ésta nos elige a nosotros. Así fue en este caso. En un momento determinado me saltó esta pista y no podía dejar de escuchar en bucle esta obra maestra cantada por Stevie Nicks. Recuerdo cada noche de acampada de esos tres días, sentarme junto al río de turno, disfrutar del día eterno y la ausencia de noche mientras miraba a los lejos, y me sentía lleno. Tan lleno que tenía que drenarme, así que ponía a sonar esta canción y me dejaba sentir.
Viajando en bici, muchas veces es difícil digerir la cantidad de cosas que suceden a lo largo de un día. Al día siguiente ocurre lo mismo, y corres el riesgo de no asimilar lo que pasó el día anterior. Así que, mientras descanso en Calgary, asimilo esta primera parte del viaje, la saboreo lentamente a través de las fotos que he capturado, sus canciones, tratar de recordar el nombre de toda esa gente que me ha dado comida, me ha invitado a una ducha o a una taza de café, o con la que he compartido momentos especiales. Es demasiada gente pero quiero hacerlo. Hace 32 años, un joven llamado Christopher McCandles se recorrió todo el país en busca de sí mismo y de lo auténtico y lo puro, hasta llegar a Alaska, donde murió en medio de la montaña. El mayor aprendizaje que sacó de esos dos años de viaje lo dejó escrito en su diario: «La felicidad solo es real cuando la compartes». Me siento afortunado de haberlo interiorizado mucho más pronto.
Lo mejor está por venir.
Actualización 22/09
Mientras esperaba a Lali en Calgary, decidí buscar unos anfitriones de Warmshower en la ciudad. Acabé en casa de Will y Bea, que junto a su San Bernardo Ya-ya y sus maravillosas hijas, me acogieron durante toda una semana hasta que llegó Lali. Sauna, gimnasio en casa, mi propia habitación…¡Hasta hice de canguro con la pequeña de 8 meses! Teniendo únicamente como garantía que viajo en bici. Fueron generosos y en seguida me acogieron y me hicieron sentir uno más de ellos. Una vez más, la experiencia mejora gracias a la comunidad ciclista de Warmshower.
Congratulations dear Hugo, you have made it this far and now you get to see and feel more. These are some wonderful pictures that serves as reminders of your foot print in the world you are exploring. In many years to come, you will look back at these pictures and they will bring so many more emotions and memories of the moments you are currently fabricating. Cheers to you and I cheer for me for having the fortune of running into you at Mary McKinley’s restaurant.
Comencé a leer tu blog gracias a tu tía Bea, que comentó casualmente sobre tu viaje una noche de verano en Casavieja.
Leo el contenido de tu blog como si fuera un libro vivo, lleno de experiencias, emociones y mucho sentimiento. Realmente consigues conectar con el espíritu aventurero y viajero que muchos llevamos dentro.
Felicidades por el blog y por ese gran viaje!